En medio de un clima de creciente represión política y cultural, los artistas y promotores de espectáculos en Nicaragua se encuentran en una situación cada vez más precaria. Según un informe publicado en Artículo 66, las medidas represivas del régimen de Daniel Ortega, que incluyen condiciones intrusivas para registrarse y operar, restricciones en los eventos, prohibiciones de uso de ciertos equipos y amenazas de multas y cárcel, han provocado el cierre de pequeñas empresas promotoras y han dejado a muchos artistas sin trabajo.
El gobierno de Ortega ha impuesto un control total sobre las producciones audiovisuales y ha regulado las actividades de recreación y espectáculos artísticos. Esta medida ha afectado especialmente a los promotores independientes y artistas locales que no ven ninguna posibilidad de continuar con su forma de vida. Además, el régimen ha prohibido el uso de drones, limitando aún más la capacidad de los artistas para trabajar.
El País informó que el Ministerio del Interior de Nicaragua ha publicado una normativa que autoriza, controla y vigila cualquier actividad, evento o espectáculo artístico público en el país, especialmente los conciertos de artistas internacionales, para evitar referencias políticas. Esta normativa se aplica a todas las personas, tanto nacionales como extranjeras, que se dediquen a la producción, promoción y organización de espectáculos artísticos públicos en Nicaragua.
Además, el estudio del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam) presentado en San José, Costa Rica, reveló que las académicas, artistas, ciberactivistas, periodistas críticas y promotoras culturales nicaragüenses han sido blanco de una política institucional de represión por parte del Gobierno de Ortega. Estas mujeres han sufrido represalias por desafiar los roles y estereotipos de género impuestos socialmente, tanto en la esfera general como en ámbitos específicos.
La Voz de América también informó que el gobierno de Nicaragua controlará todo tipo de espectáculos públicos que se realicen en su territorio, según una normativa publicada en el diario oficial La Gaceta. Los productores de eventos deberán solicitar con 30 días de anticipación los permisos correspondientes para este tipo de actividades.
En medio de este clima de represión, han surgido voces de resistencia. Un ejemplo es Zanatillo, un joven artista anónimo que protesta contra la dictadura con su arte. Zanatillo, que prefiere ocultar su identidad por temor a mayores represalias, lanzará su canción “Nos Pelaron” el próximo 18 de marzo. La canción es una creación propia de género pop/rock mezclado con indie, en la que trata de plasmar todo lo que la dictadura le ha quitado a los nicaragüenses en los últimos seis años, desde el estallido de la crisis política en el país.
La represión cultural no es exclusiva de Nicaragua. Según Confabulario, en 2021 se inauguró en La Habana la exposición de arte nicaragüense contemporáneo “No somos memoria”, conformada por obras producidas después de las manifestaciones de abril de 2018 en Nicaragua. Era la primera vez que se presentaban artistas jóvenes nicaragüenses en Cuba. En resumen, la represión cultural en Nicaragua y Cuba está afectando a artistas, promotores de espectáculos y periodistas, limitando su libertad de expresión y su capacidad para ganarse la vida. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, algunos artistas como Zanatillo continúan resistiendo y utilizando su arte para protestar contra la represión.